viernes, 19 de mayo de 2017

ME SUMO A LA PROPUESTA DE LUIS BRITTO GARCÍA


En el programa de RNV de este martes 16, La Nueva Vecindad, acudió el estimado Profesor Luis Britto García como invitado. Un programa singular, sin dudas, pues mientras la entrevistadora buscaba orientarlo hacia los temas de la violencia oposicionista y la constituyente, el entrevistado se mantuvo incólume en una sola idea: "Antes de la convocatoria a elección de los constituyentistas, hay que resolver el problema del abastecimiento", proponiendo como posible solución: "El Estado debe asumir la importación y distribución de los alimentos". Mucho costó a la entrevistadora comprender la profundidad de lo planteado por el estimado Profesor, pues mientras más repetía esa idea, la misma insistía en encallejonarlo en la diatriba güarimbas-constituyente, como si el problema fundamental que nos trajo a esta crisis de gobernabilidad ya fuese resuelto y las bases que condujeran a la contrarrevolución a triunfar el pasado 6D-2015, demolidas. Tan solo basta caminar Caracas, los sitios que transita nuestro pueblo para saber apreciar cuán válida es la preocupación manifestada por Britto García. Las colas aún no desaparecen de nuestra cotidianidad, y eso es un síntoma muy evidente de desabastecimiento. Una expresión colateral del desabastecimiento, es la especulación y he allí un tema cotidiano de nuestro pueblo en las camionetas e incluso en las colas. La burguesía comercial y su expresión delictiva: el bachaqueo, después del incremento del salario mínimo y de pensiones de mayo, aprovechó la oportunidad para incrementar en proporciones casi que del triple los precios de los productos que ya estaban en anaqueles; en remarcajes que la SUNDDE ni se percataría que ocurrieran, pues desde que inició esta fase de violencia terrorista contra el pueblo de parte de los partidos de la MUD: Primero Justicia, Voluntad Popular y AD, dicho organismo desapareció del mapa ¡No se les ve ni por tuiter!.
El caso emblemático de las panaderías es elocuente. Después que desde la Vicepresidencia Ejecutiva de la República, el camarada Tareck aprobara un Instructivo Presidencial que regulaba la producción y venta de los panes, aparecieron los panes del pueblo y desaparecieron las colas inducidas por los dueños de las panaderías. Duro pocos días la gracia, pues la realidad actual es que las colas y horas de ventas volvieron, solo que ahora no hay pan en las panaderías, supuestamente por falta de trigo; pero, lo que no les falta es la susodicha comida importada, vendida a precios de frontera, inalcanzables para nuestro pueblo más necesitado. Panaderías convertidas en supermercados, eso son ahora. ¿Qué será la vida del ministerio de comercio? La patente de comercio da para vender de todo: panes dulces y salados, comida, jabones, pañales, detergentes líquidos, enlatados, charcutería, quesos? Pregunto por ignorancia en el tema.
Seis días atrás, el camarada Gobernador Revolucionario José Gregorio Vielma Mora, denunciaba en entrevista a YVKE Mundial, que a Táchira habían llegado 420 mil 300 Kilos de harina de trigo, suficientes para abastecer la entidad. Fueron recibidos por la empresa Monaca-Táchira, pero los panaderos se quejan de que no tienen harina para hacer el pan. Y denunciaba el Gobernador Revolucionario a Luis Márquez, gerente industrial de dicha empresa, a José Viera, jefe de consumo y Lucy Godoy, jefa de despacho, por aplicar operación morrocoy y sabotear la entrega de la materia prima a panaderos, reposteros y pizzeros del Táchira. La denuncia es pertinente, y esperemos que los denunciados ya estén en prisión en espera de juicio, en estricta aplicación de la Ley de Precios Justos. Un piquete de la denuncia del camarada Vielma, tiene que ver con que seguimos haciendo el papel de tontos útiles, importando con grandes esfuerzos el trigo y al llegar, entregándoselo a las mismas tres mafias (Cargill, Polar y Monaca) que los distribuyen como les viene en gana y según sus intereses político-partidistas. Por eso, lo importante de asumir no solo el control de la importación de los alimentos y demás bienes esenciales para nuestra población, sino avanzar mucho más allá. Una vez que llegan al país y son nacionalizados, democratizar su distribución para garantizar su precio justo al pueblo. Hora ya de quebrar el espinazo del rentismo petrolero, sacudirse de esas empresas parasitarias acostumbradas a vivir de los dólares propiedad de todas y todos los venezolanos y encima, robarles sus ingresos mediante la especulación delictiva.
Un Boletín de Prensa de nuestra compañía Bolipuertos informa de la llegada el pasado 09 de mayo de 781 contenedores al puerto de La Guaira, según contienen: "alimentos, medicinas, artículo de higiene personal y otros productos estratégicos para la nación". El buque proviene ni más ni menos de un país que se la tiene jurada a nuestra patria, vecina por demás, de Cartagena, Colombia. Dos productos llaman nuestra atención: peras y manzanas. "Productos estratégicos de la nación", "alimentos", en qué rubro habrán colocados esas frutas que, por sus costos en el mercado nacional, son de imposible adquisición por nuestro pueblo. Una manzana o pera, de tamaño mediano cuesta entre 2 mil y 3 mil bolívares. Si la consumimos en jugo, rondaría un litro entre 4 y 5 mil bolívares, más de azúcar que de fruta. Entonces, preguntamos en función de quién o quienes se están importando los "productos estratégicos para la nación". A qué sectores económicos, se les está beneficiando con los dólares de todas y todos los venezolanos? Quién sigue haciendo negocios con los dólares de la República?
Asumir el monopolio del Comercio Exterior es una tarea de extrema urgencia. De allí parte, la solución al grave problema de desabastecimiento que hoy aqueja nuestra población y la somete al vejamen de no poder adquirir sus bienes esenciales. Por lo demás, los CLAP continúan siendo una quimera para gran parte de nuestro pueblo, recibimos quejas desde Villa de Cura, Estado Aragua, donde llegan cada dos o tres meses, lo cual pudiera estar ocurriendo en muchos rincones de nuestro hermoso país. No quedándole otra opción a nuestro pueblo, sino acudir con sus escasos recursos, al súper de los chinos con precios dolarizados de alimentos importados, cuyos precios no indican a qué monto, en divisas, fue adquirido. Si a dólar DIPRO o SIMADI o a dólar cucuteño, fundamental para la aplicación de la Ley de Ilícitos Cambiarios que sanciona con prisión entre 7 y 12 años, y multa equivalente a 200 por ciento de la diferencia de precios a "Quienes promocionen, comercialicen o determinen los precios de bienes y servicios utilizando como referencia un tipo de cambio distinto a los permitidos por la normativa cambiaria o al fijado para la operación cambiaria correspondiente por la administración cambiaria…" (Ley del Régimen Cambiario y sus Ilícitos, Artículo 22, Gaceta Oficial N° 6210 (E) del 30-12-2015). Fundamental, la creación del Cuerpo de Policías Anti Especulación y Bachaqueo. Un cuerpo profesional, que abra espacios para eliminar esa burocrática SUNDDE, que tan solo ha servido para el consumo de recursos del erario público, sin beneficio alguno a nuestro pueblo. El momento, requiere de soluciones revolucionarias. Señalaba el revolucionario León Trotsky, como Última Advertencia, en sus Escritos sobre España, en diciembre de 1937: "Según las palabras de Marx, las revoluciones son las locomotoras de la historia, avanzan más rápidas que el pensamiento de los partidos revolucionarios a medias o a cuartas. El que se para, cae bajo las ruedas de la locomotora. Además, y éste es el peligro principal, la propia locomotora descarrila a menudo. El problema de la revolución debe ser meditado hasta el fondo, hasta sus últimas consecuencias concretas. Hay que conformar la política a las leyes fundamentales de la revolución, es decir, al movimiento de las clases en lucha, y no a los temores y a los prejuicios superficiales de los grupos pequeñoburgueses, que se autotitulan Frente Popular, y otro montón de cosas. En la revolución, la línea de menor resistencia resulta ser la de peor bancarrota. El miedo a aislarse de la burguesía conduce a aislarse de las masas. La adaptación a los prejuicios conservadores de la aristocracia obrera, significa la traición a los obreros y a la revolución. El exceso de prudencia es la más funesta de las imprudencias…"


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